En una etapa de profundas y muy rápidas transformaciones de la sociedad es importante comprender los efectos que éstas pueden tener sobre el entorno construido que nos rodea. Las transformaciones de principio del siglo XX que llevaron a la definición de una sociedad propiamente moderna pueden servir para comprender las que están configurando el devenir del siglo XXI. Reconocida la importancia de los flujos en la configuración de la ciudad contemporánea, y el rol de determinadas empresas tecnológicas por su impacto en los medios y en las economías de distinta escala, se evidencian sus posibles efectos sobre la ciudad.
Además de las transformaciones físicas, se intuye la posibilidad que se produzcan diferentes soluciones para nuestras necesidades, personalizadas en función de la información que las empresas conocen de nuestros hábitos. Es por lo tanto fácil de imaginar cómo cada ciudadano pueda vivir en una mundo fragmentado y tangente al de las personas que se encuentran a su alrededor, aunque esta misma tecnología ofrece oportunidades de transformación participativas.
Pese a existir numerosos estudios sobre empresas tecnológicas que están impulsando estas innovaciones y sobre los efectos de las transformaciones sociales en la ciudad, este estudio plantea los posibles efectos sobre la configuración de la ciudad del futuro, reconociendo el impacto cada vez mayor de las conexiones sobre el desarrollo urbano. Su hipotético cumplimiento debe ser una alerta para los responsable de la planificación urbana para tener en cuenta estas tendencias, valorar los posibles amenazas, y aprovechar las oportunidades que se abren para un mejor disfrute e inclusión social en el contexto urbano.