La evolución de las tecnologías de la información y la comunicación, junto con su uso generalizado, ha fomentado nuevas formas de interacción entre las personas que, a su vez, ha propiciado la irrupción de nuevas vías de intercambio de bienes y servicios que en muchos casos derivan en la constitución de nuevos mercados. A este fenómeno se le conoce como economía colaborativa y su delimitación es ambigua (Meelen y Frenken, 2013), encontrandónos con definiciones que se centran en la motivación altruista (Stokes, 2014) y definiciones centradas en la vertiente meramente lucrativa que están adoptando las grandes empresas de intermeciación a través de internet (Codagnone y Martens, 2016).
En consecuencia, bajo el paraguas de la economía colaborativa encontramos un conjunto heterogéneo, emergente, de rápido cambio y evolución que da cobertura a modos de producción y consumo por el que las personas comparten activos, bienes o servicios normalmente infrautilizados, a cambio o no de un valor monetario. La principal particularidad de estas relaciones es que la interacción suele tener lugar mediante la intermediación de plataformas sociales digitales y, especialmente, de internet y de la web 2.0 (Hamai et al., 2014; Kaplan y Haenlein, 2010).
En la actualidad este tipo de prácticas es ampliamente aceptado (Nadler, 2014) y respaldado por la sociedad, convirtiéndose la economía colaborativa en un fenómeno con un impacto económico y social importante (Bostman y Rodgers (2010) que, sin embargo, presenta grandes dificultades de estudio y cuantificación. Estas dificultades derivan de la heterogeneidad del fenómeno, de su dinamismo y permanente cambio, de su tamaño, así como del volumen y diversidad de agentes implicados. A ello hemos de añadir el hecho de tratarse de un campo de estudio novedoso que recientemente se ha comenzado a definir y describir desde el ámbito científico. Por esta razón, nuestro objetivo en el presente trabjao es tratar de definir el sector, abordar la dificultad de su cuantificación y plantear el problema que en la actualidad aún supone su acotación.