El maíz y su palabra tienen un sonido que es carnadura de grano sobre la tierra. El alimento tiene cuerpos que huelen y que son ardientes, dolorosos, gozosos. Pero el alimento no es el mismo en el arrasado de las derrotas que al calor de la esperanza de las luchas. Y mucho menos es el mismo cuando es el de los pueblos. Maíz es una revista desde la hechura de las palabras y las cosas, con la alegría oceánica de haber sido parida en unos días de extraña felicidad para los compromisos. De las convicciones. De la apuesta común a correr en el río de los que han sido acallados, olvidados, condenados. Para abrir otra historia. Otras historias en un solo mundo de muchas voces.