Abstract
Este trabajo parte de una perspectiva sociosemiótica que articula el devenir de la semiosis con estados de discurso, por entender que los interpretantes dinámicos son índices del devenir no sólo de sus objetos, sino de sus propias condiciones de producción y que estas no pertenecen al reino de la pura diferencia sino a un estado de cosas, a un estado de discurso, inseparable de un equilibrio de poder, esto es, de una hegemonía discursiva (Angenot 1989). En ese marco, las políticas de memoria llevan las huellas de condiciones de producción que exceden a los sujetos u objetos memorables y reenvían a las luchas contemporáneas por el poder del Estado y a las apuestas de los agentes que las disputan.