El empleo en los servicios financieros. Costa Rica: buenas y no tan buenas noticias

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El empleo en los servicios financieros. Costa Rica: buenas y no tan buenas noticias

Resumen

¿Pueden las mujeres ocupadas en el sector ir tan lejos como sus capacidades y deseos lo permitan? ¿Es su inserción distinta a la de los varones? El estudio responde estas interrogantes mediante una investigación que combina el análisis estadístico con la recolección de información, interpretaciones y propuestas de los actores gubernamentales y no gubernamentales que intervienen en el empleo sectorial. En Costa Rica el sector emplea un 2% de la población económicamente activa y las mujeres representan el 40.4% de los ocupados. Es un sector cuantitativamente pequeño pero cualitativamente atractivo, dado que recluta personas con altos niveles educativos y entrega altas remuneraciones, empleo formal, estable y buenas condiciones de trabajo. Es además un sector moderno desde el punto de vista tecnológico y estratégico para la economía. En este contexto de privilegio, se presentan brechas de género en las remuneraciones y una importante segregación, tanto vertical como horizontal. Es decir que hay pocas ocupaciones femeninas y muchas masculinas, que son mejor remuneradas. Asimismo, a medida que se asciende en el nivel jerárquico de la estructura ocupacional la presencia de mujeres disminuye, por lo que están casi ausentes de las decisiones del sector. Según cálculos realizados, las brechas en el ingreso a favor de los hombres responden en un 50% a la combinación del capital humano con la segregación ocupacional, acompañada de la mayor valoración de los puestos desempeñados por varones. La otra mitad de la brecha se debe al capital social, que incluye variables tales como las relaciones informales, de mentoría, el contar con un socio estratégico" al interior de la empresa y la confianza que quienes ocupan los puestos jerárquicos (casi totalmente hombres) establecen con su subordinados. Cabe destacar que los ambientes masculinos favorecen la relación entre "pares" varones, lo que permea los vínculos y alianzas que pueden llegar a establecerse al interior de las empresas. El estudio del sector es especialmente relevante en tanto se trata de población homogénea en términos socioeconómicos, lo que permite distinguir fuentes de desigualdad asociadas al sistema de género dominante, de fuentes asociadas al nivel socioeconómico de la población. La situación de estas trabajadoras en un sector privilegiado permite por tanto explorar más claramente la inequidad asociada a las relaciones de género. Las condiciones y mecanismos discriminatorios identificados podrían hacerse extensivos a otros sectores en los que inequidad de género y la socioeconómica son más difícilmente distinguibles entre sí."

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Resumen
¿Pueden las mujeres ocupadas en el sector ir tan lejos como sus capacidades y deseos lo permitan? ¿Es su inserción distinta a la de los varones? El estudio responde estas interrogantes mediante una investigación que combina el análisis estadístico con la recolección de información, interpretaciones y propuestas de los actores gubernamentales y no gubernamentales que intervienen en el empleo sectorial. En Costa Rica el sector emplea un 2% de la población económicamente activa y las mujeres representan el 40.4% de los ocupados. Es un sector cuantitativamente pequeño pero cualitativamente atractivo, dado que recluta personas con altos niveles educativos y entrega altas remuneraciones, empleo formal, estable y buenas condiciones de trabajo. Es además un sector moderno desde el punto de vista tecnológico y estratégico para la economía. En este contexto de privilegio, se presentan brechas de género en las remuneraciones y una importante segregación, tanto vertical como horizontal. Es decir que hay pocas ocupaciones femeninas y muchas masculinas, que son mejor remuneradas. Asimismo, a medida que se asciende en el nivel jerárquico de la estructura ocupacional la presencia de mujeres disminuye, por lo que están casi ausentes de las decisiones del sector. Según cálculos realizados, las brechas en el ingreso a favor de los hombres responden en un 50% a la combinación del capital humano con la segregación ocupacional, acompañada de la mayor valoración de los puestos desempeñados por varones. La otra mitad de la brecha se debe al capital social, que incluye variables tales como las relaciones informales, de mentoría, el contar con un socio estratégico" al interior de la empresa y la confianza que quienes ocupan los puestos jerárquicos (casi totalmente hombres) establecen con su subordinados. Cabe destacar que los ambientes masculinos favorecen la relación entre "pares" varones, lo que permea los vínculos y alianzas que pueden llegar a establecerse al interior de las empresas. El estudio del sector es especialmente relevante en tanto se trata de población homogénea en términos socioeconómicos, lo que permite distinguir fuentes de desigualdad asociadas al sistema de género dominante, de fuentes asociadas al nivel socioeconómico de la población. La situación de estas trabajadoras en un sector privilegiado permite por tanto explorar más claramente la inequidad asociada a las relaciones de género. Las condiciones y mecanismos discriminatorios identificados podrían hacerse extensivos a otros sectores en los que inequidad de género y la socioeconómica son más difícilmente distinguibles entre sí."
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