La derogación del decreto que regulaba la censura cinematográfica franquista a finales de 1977 fue uno de los hitos de la transición democrática en España. Con ello, llegaba la conquista de la libertad de expresión y creación y la proliferación de un cine sin ataduras ideológicas. Sin embargo, el cambio no sería inmediato. En los años posteriores, algunas películas vieron obstaculizada su distribución y exhibición. Uno de estos casos fue el del documental Después de... (1981) de Cecilia y José Juan Bartolomé. Dividido en dos partes, No se os puede dejar solos y Atado y bien atado, retrata el desencanto social y político de la ciudadanía ante la dispar consolidación de una democracia que no parecía cubrir las expectativas más rupturistas y transformadoras. Esta película fue objeto de diversos mecanismos de poscensura por parte de la administración, en connivencia con la productora y distribuidora del film, que retrasaron y dificultaron el estreno del documental y su acceso al público de manera irreparable. Episodios como el de Después de... revelan que la nueva democracia no estaba preparada para dejar circular discursos incómodos con el poder.