Lucet et fovet. La protección y prosperidad de los reinos en la imagen, el metal y la palabra

Abstract

La identificación del rey con el sol es un recurso muy antiguo, presente en numerosas culturas, que fue utilizado largamente en la Europa moderna, tanto por los tratadistas políticos como los oradores sagrados, según los cuales, el monarca debía hacerse presente en todos sus estados para fortalecer sus lazos con los súbditos, atender sus necesidades y fulminar a sus enemigos, del mismo modo que el Sol - según la teoría geocéntrica- alumbra mientras se desplaza de este a oeste, iluminando la tierra con sus benignos rayos “que fomentan y no abrasan”. Para ello, sería necesaria su presencia física, o delegada en representantes (incluso su mera imagen) que sustituyen su persona en determinadas situaciones. Esta referencia política, con matices religiosos, propia tanto de los Austrias hispanos como de los Borbones, se halla presente en las efemérides más importantes de la monarquía, tales como victorias militares, exequias, aclamaciones y otros eventos, con importantes programas iconológicos que se plasman en grabados, medallas y pinturas, cuyo significado se explica mediante la escritura y la palabra. Es tema muy estudiado, aunque no agotado, al ser posible tratarlo con un enfoque diferente, que se centra en un momento determinado, el fallecimiento de Felipe IV, cuando esta idea se convierte en global, por su expansión geográfica y la integración de su imagen en la propaganda religiosa y política, mediante la imagen, el metal y la palabra, con sutiles diferencias entre estas representaciones, revelándose como un elemento de cohesión e identitario la dilatada Monarquía Católica.