Clínica de anticoagulación: descripción epidemiológica y funcional de las unidades de anticoagulación operadas por especialistas en medicina interna según la literatura y protocolos internacionales
tesis
Fecha
2023Autor
Obando Rodríguez, William Esteban
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Desde la década de 1940, con el descubrimiento de los inhibidores de la vitamina K, se empezó el control y eficacia de la anticoagulación, ampliando el tratamiento ante eventos tromboembólicos e instaurando una prevención secundaria en la recurrencia de las consecuencias, en muchos casos fatales. Sin embargo, el inicio de la anticoagulación, tanto tratamiento como prevención, trae consigo otro tipo de comorbilidades potencialmente fatales, como las hemorragias desde leves a severas, con la restricción y el aumento de la morbilidad al tener una prescripción de estos medicamentos. Por lo cual, ante la presencia de efectos adversos, un control errático del tratamiento, se instauran centros y clínicas dedicadas a brindar un monitoreo de la eficacia y función de los anticoagulantes orales. Igualmente, se introducen nuevas opciones de tratamientos anticoagulantes tanto orales como parenterales; por ejemplo, las heparinas, que permitieron el control de la anticoagulación con una predicción de la farmacodinamia y farmacocinética más estable y, posterior a estas, los anticoagulantes directos orales inhibidores del factor X activado y de la trombina, que facilitaron aún más el seguimiento de los pacientes y la eficacia de la anticoagulación.
Para llevar a cabo una buena anticoagulación, se debe conocer la fisiopatología y la relación entre los mecanismos fisiológicos de las células endoteliales como regulador bioquímico del inicio del proceso de la anticoagulación; primeramente, con la exposición del factor tisular, liberación de vasoconstrictores y dilatadores que, concomitantemente, interaccionan con los factores de la coagulación y ante una serie de activadores e inhibidores, se logra reclutar la red plaquetaria para formar un trombo con el fin común de evitar el sangrado. No obstante, estos mecanismos en ocasiones se sobreexpresan, ocasionando una desregulación en la formación del trombo y llevan, finalmente, a la formación de un trombo de forma patológica con alto riesgo de enfermedad tromboembólica.
La anticoagulación a largo plazo está indicada en pacientes con tromboembolismo pulmonar, trombosis venosa profunda, fibrilación atrial no valvular, así como prevención posterior a recambio valvular protésico. Además, la efectividad de la warfarina es dependiente al maximizar el tiempo en rango terapéutico, el cual asocia menores tasas de sangrado y trombosis, con una relación de efectividad comprobada en centros del control de anticoagulación especializados.
A partir de lo anterior, esta revisión tiene como objetivo brindar información y guía necesaria para llevar a cabo un control óptimo del paciente anticoagulado, así como mejorar las funciones y calidad de las clínicas de anticoagulación, dando pautas necesarias, obtenidas de la experiencia, estudios, reportes y guías internacionales llevadas a cabo por médicos especialistas. Since the 1940s, with the discovery of vitamin K inhibitors, a start has been made in the control and efficacy of anticoagulation, expanding treatment for thromboembolic events and establishing secondary prevention in the recurrence of consequences, in many fatal cases. However, the start of anticoagulation, both treatment and prevention, brings with it another time of equally fatal comorbidities such as bleeding from mild to severe, with the restriction and increase in morbidity just by having a prescription for these medications. In the presence of adverse effects and erratic treatment control, centers and clinics dedicated to providing monitoring of the efficacy and function of oral anticoagulants are established. Likewise, new options for both oral and parenteral anticoagulant treatments are introduced, such as heparins that allowed anticoagulation control with a more stable prediction of pharmacodynamics and pharmacokinetics and, after these, direct oral anticoagulants inhibitors of activated factor X and thrombin, which further facilitated the monitoring of patients and the efficacy of anticoagulation.
To carry out a good anticoagulation, the pathophysiology and the relationship between the physiological mechanisms of endothelial cells must be known as a biochemical regulator of the initiation of the anticoagulation process, firstly with the exposure of tissue factor, release of vasoconstrictors and dilators that concomitantly interact with The coagulation factors and before a series of activators and inhibitors, it is possible to recruit the platelet network to form a thrombus with the common purpose of avoiding bleeding.
However, these mechanisms are sometimes overexpressed, causing dysregulation of thrombus formation and ultimately leading to pathological thrombus formation with a high risk of thromboembolic disease. Long-term anticoagulation is indicated in patients with pulmonary thromboembolism, deep vein thrombosis, nonvalvular atrial fibrillation, as well as prevention after prosthetic valve replacement. The effectiveness of Warfarin is dependent on maximizing the time in the therapeutic range, which associates lower rates of bleeding and thrombosis, with a relationship of proven effectiveness in specialized anticoagulation control centers.
This review aims to provide information and guidance necessary to carry out optimal control of the anticoagulated patient, as well as to improve the functions and quality of anticoagulation clinics, giving necessary guidelines obtained from experience, studies, reports and international guidelines carried out carried out by specialist doctors.
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