Reconstrucción y manejo de secuelas del paciente quemado adulto
Resumen
La atención del paciente quemado si bien convencionalmente se
divide en la atención aguda y luego en la fase de reconstrucción junto con
el tratamiento de secuelas, realmente es un continuo, donde en la fase
aguda, además de su propósito inicial que es preservar vivo al paciente,
se previene las futuras secuelas y se trata las complicaciones de aparición
temprana que deben ser resueltas prontamente para prevenir
complicaciones importantes como la perdida de la integridad corneal en
el caso de los ectropion severos o compromiso del estado nutricional en
el caso de los pacientes con severas quemaduras faciales que desarrollan
microstomías. Y en la fase crónica es donde se resuelve las secuelas que
a pesar del adecuado manejo de la fase aguda se terminaron dando,
además en esta fase se optimiza la reintegración social y laboral del
paciente, dicha fase puede prolongarse por meses o hasta años. Todas
estas atenciones deben darse a través de un grupo profesional
experimentado y multidisciplinario, que aborde al paciente de una forma
integral, con el fin de reducir al máximo las secuelas, así como la
resolución de ellas. Básicamente la atención del quemado tiene dos
propósitos generales, el primero y más obvio es que el paciente logre
mantenerse vivo, pero igual de importante es el segundo objetivo, en el
cual se busca que el estado físico, estético y mental del paciente sea lo
más parecido previo a la quemadura. En el presente documento se hace
una revisión y exposición general sobre las herramientas disponibles para
que el equipo multidisciplinario haga frente a las secuelas secundarias a
quemaduras, además hace una recopilación del armamento quirúrgico y
tecnológico que existe para la resolución o mejoría de los aspectos
funcionales y estéticos desde el punto de vista quirúrgico con el apoyo de
otras tecnologías como las terapias con láser. Finalmente se hace una revisión de hacia dónde se proyecta el futuro en el tema de las coberturas
cutáneas gracias a la ingeniería de tejidos y la bioimpresión 3D.